martes, 12 de octubre de 2010

El virus de inmuno deficiencia humana (VIH) ataca directamente a las defensas del cuerpo, debilitando el sistema inmunitario hasta convertirlo en vulnerable a gran número de infecciones.
En cambio, el SIDA es la manifestación de la última etapa del VIH, que se convierte en síndrome de inmuno deficiencia adquirida y este diagnóstico puede tardar más de 10 años en producirse.
Los síntomas si empiezan a hacerse visibles una vez que existe un deterioro del sistema inmunitario, traducido en otro tipo de infecciones “oportunistas” que se aprovechan de la vulnerabilidad que comentábamos
  • Infección primaria: en esta fase puede que no existan síntomas, o bien, presentar el síndrome retroviral agudo, que provoca fiebres, erupciones, dolor articular, entre otros. Desde este momento el virus se puede contagiar a otras personas, independientemente de que se manifiesten o no los síntomas.
  • Fase 1: asintomática o inflamación de nódulos linfáticos, comenzando a dañar el sistema inmunitario.
  • Fase 2: fiebre, sudoración, pérdidas de peso, manifestaciones cutáneas leves (como dermatitis), cefaleas, e infecciones en vías respiratorias…
  • Fase 3: diarrea crónica sin motivos aparentes, fiebre severa, infecciones bacterianas de consideración, tuberculosis pulmonar, etc. En esta fase, algunas personas tienen SIDA.
  • Fase 4: se trata de 22 infecciones oportunistas o tipos de cáncer relacionados con el VIH. En este punto, todas las personas infectadas tienen SIDA

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